Actualización agosto 2022
Si les cuento la cantidad de veces que me preguntan por este tema, no me creerían. Es por eso que en este artículo les voy a explicar las diferencias entre Plazo fijo UVA y Plazo fijo tradicional, dos instrumentos de inversión a los que pueden acceder desde Argentina.
P.D: Quienes son de otros países, ¡no se vayan! La información les va a servir igual.
Primero lo primero: ¿qué es un plazo fijo?
Es un instrumento de inversión de renta fija en el cual sabemos de ante mano por cuánto tiempo nuestro dinero permanecerá inmovilizado o invertido (es decir, el plazo). Se puede operar a través del homebanking, lo cual significa una practicidad para mucha gente que no se anima a invertir mediante Broker o sociedad de bolsa. Es muy fácil de realizar y el plazo mínimo es, generalmente, de 30 días. Además, al finalizar el plazo de la inversión podemos retirar todo el dinero más los rendimientos, una parte, o reinvertir el total para beneficiarnos del interés compuesto.
Si me siguen hace un tiempo, sabrán que no soy muy partidaria de este instrumento. El punto en común para todos los países es que el plazo fijo mantiene el dinero inmovilizado por un periodo de tiempo de 30 días o más. Lo cual no nos permite contar con ese capital que invertimos en el momento que lo necesitamos, ya que no se puede cancelar.
Por otro lado, en muchos países el costo (sobre todo de tiempo) que implica invertir en este instrumento no se justifica en relación con los bajos rendimientos que genera. Por ejemplo, en Europa los plazos fijos a 6 meses tienen una rentabilidad menor al 1% a tasa anual (TAE); no vale la pena de ningún modo.
Su baja liquidez y que por lo general rinden por debajo de la inflación mundialmente, son sus principales contras. Esto último lo veremos a continuación con un ejemplo.
El caso de Argentina
Plazo fijo tradicional
Para el caso de Argentina, el tema es un poco distinto, el interés de los plazos fijos tradicionales ronda en el 69,5% a Tasa Nominal Anual (TNA), que se calcula dividiendo ese interés por la cantidad de meses de la inversión. Por ejemplo, si invertimos $10.000 a 30 días, con una TNA del 69,5%, el interés percibido en un mes será del 5,8% (dividimos 69,5% por 12 meses), por lo que al finalizar el periodo tendremos $10.580, es decir, un rendimiento de $580.
Por otro lado, si nuestra inversión es a un plazo de un año, donde la inversión inicial y los rendimientos se renuevan mes a mes, la tasa de interés que se utiliza para calcular el retorno es la Tasa Efectiva Anual (TEA), que corresponde a un 96,58%. En esta última, nos beneficiamos del interés compuesto durante 12 meses, que ya está calculado en ese porcentaje, y por eso los rendimientos son mayores. Si invertimos $10.000, al finalizar el plazo de un año, los intereses acumulados serán del 96,58% y nos beneficiaremos de un interés de $9.658, sumado a nuestro monto inicial.
Hasta acá podríamos decir que todo está bien. Los intereses son altísimos a simple vista, sobre todo para un instrumento seguro. ¿Cuál es el dilema? La inflación mensual en Argentina es mayor al 7% y se pronostica para 2022 una anualizada de hasta 112% (en agosto de 2022). Esto quiere decir que ni mensual ni anualmente el plazo fijo tradicional tiene rendimientos por arriba de este índice que acarrea una disminución del poder adquisitivo de nuestro dinero. El plazo fijo tradicional desde ya que no genera valor real, tampoco lo mantiene.
Plazo fijo UVA
Ante esta situación, se creó el plazo fijo UVA, promocionado como el único instrumento que le gana a la inflación actualmente. Esto último es cierto, pero debemos ser extra cuidadosos. El plazo fijo UVA ofrece un rendimiento igual a la inflación (se actualiza diariamente en base a un coeficiente -CER- elaborado por el Banco Central) más el 1% de interés nominal anual. Es decir, si bien no genera casi valor, al menos lo mantiene. Y a pesar de que no podemos conocer desde el inicio los rendimientos que obtendremos, ya que la inflación varía mes a mes, si podemos calcular un estimativo según las proyecciones del Banco Central.
¿Por qué debemos ser extra cuidadosos? Porque el plazo fijo UVA tiene un periodo mínimo de colocación de 90 días, 3 meses en los que nuestro dinero debe estar inmovilizado. Es pre cancelable a partir de los 30 días, pero en ese caso ofrece una tasa menor al del plazo fijo tradicional. Es decir, para realmente beneficiarnos de este instrumento, debemos asegurarnos de poder tener inmovilizado ese dinero durante 3 meses, ya que de lo contrario estaremos perdiendo valor. En ese periodo de tiempo, corremos el riesgo de que se produzca una fuerte devaluación, contra la que estaríamos totalmente desprotegidos si nuestro dinero permanece inmovilizado. Como comenté más arriba, la baja liquidez de los plazos fijos, sobre todo en contextos inestables, es una de sus principales contras.
Debemos tener en cuenta, además, que en Argentina existe precedencia de «disfrazar» los números de la inflación, por lo que un instrumento ajustado a la misma no sería del todo confiable.
Comentarios finales
Habiendo dicho todo esto, quiero comentarles algunas últimas cosas.
Reconozco el contexto mundial que estamos atravesando, la tendencia bajista de los mercados, y que muchos de ustedes sienten miedo e incertidumbre, por lo cual no se animan a invertir en instrumentos que signifiquen un riesgo mayor, a pesar de que a futuro puedan generar rendimientos más altos, como ETFs o FCIs. A la vez, la inflación en Argentina es preocupante y es necesario accionar lo más rápido posible para resguardar el valor de nuestro dinero.
Es por eso que debido a su practicidad, facilidad, bajos riesgos, el conocimiento por adelantado del plazo y de los rendimientos que recibiremos, la posibilidad de ingresar con montos bajos y la preferencia antes de tener el dinero «abajo del colchón»: esta herramienta es una alternativa que pueden evaluar. ¿Qué tipo de plazo fijo? Dependerá de ustedes, del plazo que puedan tener inmovilizado su capital y de si tienen constituido su fondo de emergencia.
Lo importante en las finanzas es ser flexibles, es por eso que no me gusta darles recomendaciones como «ley» y jamás lo haría. En este espacio les brindo las herramientas y la información para que puedan decidir por ustedes mismos y los ayudo a que el camino a su libertad financiera o a mejorar su relación con el dinero sea lo más sencillo y productivo posible.