Ampliando este posteo de @Luliinvierte

Muchas veces, los consejos financieros hacen ver el gasto de dinero como algo malo. Sin embargo, hay situaciones en las que claramente gastar dinero puede dar resultados muy positivos. Ese es el caso de las inversiones productivas o, en otras palabras, cuando decides invertir para crecer.

¿Qué son las inversiones productivas?

Hoy voy a  darte algunas nociones sobre inversiones productivas de acuerdo a algunas experiencias propias y ajenas

Tengo una amiga que, entre otras cosas, se dedica a exportar sus servicios a través de internet. Por esta razón, su fuente principal de trabajo es su ordenador. Hace unos pocos meses ella estaba trabajando cuando en un descuido derramó agua sobre el teclado de su portátil. 

Después de algunos intentos de recuperar el aparato, terminó por aceptar que su herramienta principal de trabajo estaba totalmente dañada. 

¿Qué opciones tenía?  En ese momento lamentó la pérdida, por supuesto, seguramente hubo enojo y frustración. Pero luego llegó a la conclusión de que no había otra cosa que hacer más que ir en busca de su nueva computadora. 

Este es un ejemplo de lo que yo llamo inversiones productivas, un gasto determinado de dinero que hacemos con el fin de mantener nuestros ingresos, diversificarlos o aumentarlos.  Es decir, todo lo que sea invertir para crecer.

¿Cuando invertir para crecer? 

Tal vez sea por las distintas transformaciones que vienen sucediendo en los últimos años a nivel económico, político y social. Quizá se deba al auge de la tecnología. O puede ser que simplemente estemos mutando como especie. El hecho es que jamás se vio, en la historia de la humanidad, tantas personas emprendiendo al mismo tiempo. 

Si hablamos de emprender, hablamos de proyectos que buscan generar ingresos para quien emprende. Pero para llegar a esa situación, primero hay que gastar dinero en los recursos necesarios para alcanzar los resultados deseados.

Y vuelvo a repetir lo que vengo diciendo desde el principio del artículo: hay que invertir para poder crecer. Saber cuándo parece ser la clave.

1- Cuando necesitemos mantener nuestros ingresos

Esta quizá sea la situación más clara de identificar. Cuando surge la necesidad de mantener nuestros ingresos es porque, de alguna forma, apareció un obstáculo que nos impide seguir trabajando y emprendiendo.

Recién di el ejemplo de una amiga a la que se le dañó el ordenador y tuvo que invertir en uno nuevo para seguir exportando sus servicios. Pero esto aplica a cualquier caso en el que se pierda una herramienta de trabajo.

A veces, no se produce una avería en un aparato, sino que simplemente se vuelve obsoleto y hay que reemplazarlo.

Invertir en nuevo equipamiento es esencial para mantener el nivel de calidad de nuestro trabajo y, ligado a ello, también resulta fundamental para mantener nuestros ingresos.

2- Cuando queramos diversificar nuestros ingresos

Hace pocos días hablé sobre la importancia de generar ingresos extra y en el artículo expliqué que era un punto clave diversificar nuestras actividades para lograrlo. 

¿Por qué? porque podremos ampliar nuestros horizontes con todo lo que sabemos y podemos hacer. Esto se traduce como más proyectos y, por lo tanto, mejores posibilidades de generar nuevos ingresos.

Y acá traigo mi caso como ejemplo:

Mi cuenta de Instagram creció bastante, sobre todo en los últimos meses.  Ese espacio puede ser, potencialmente, un ingreso extra para mí.

Por eso, decidí hace algún tiempo, invertir en herramientas que me sirvieran para producir mejores contenidos. Así fue que compré, por ejemplo, una luz y un micrófono. 

Gracias a ello hoy puedo hacer mejores videos y profesionalizar cada vez más mi cuenta. 

Por cierto, si quieres saber más sobre este tema, el video sobre cómo transformar tu emprendimiento te puede resultar muy útil. 

3- Cuando busquemos aumentar nuestros ingresos

¿Le vienes dando vueltas a si adquirir cierto software, equipamiento, formación o colaboradores será una buena decisión o no?

Esa tal vez sea tu señal para invertir para crecer. Llega un momento en el que nuestro emprendimiento pide más de nosotros. A veces, es sólo una herramienta para expandirnos a nuevos sectores o audiencias.

En otros casos, se trata de invertir en formación. El objetivo puede ser incorporar habilidades que nos permitan ofrecer un determinado servicio, complementario al que actualmente brindamos.

Más allá de lo que se trate tu inversión, implica gastar cierta cantidad de dinero para ganar todavía más. Aumentar tus ingresos y crecer. 

En resumen, la clave está en evaluar el negocio que nos propone cada inversión o, en todo caso, valorar el costo de oportunidad de no invertir.

Es decir, analizar todo aquello a lo que renunciamos por no gastar el dinero en ese posgrado, en esa herramienta o en ese colaborador.