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Algo con lo que todos hemos soñado alguna vez en nuestras vidas es con poder generar ganancias sin trabajar (o trabajando lo menos posible). Si tú eres una de esas personas, este artículo es para tí.
Aunque parece una utopía hay muchas personas que ya lo han logrado. Algunas llegan a vivir 100% de esta manera y otras han alcanzado muy buenos ingresos extras que les permiten vivir más plácidamente y dándose los gustos.
Veamos juntos cómo puedes hacer para lograr tus rentas pasivas.
Qué es la Renta Pasiva
Una renta pasiva es aquel ingreso que generamos sin dedicar la totalidad de nuestro tiempo y trabajo para generarlo. Lo que algunos denominan “ganar dinero mientras duermes”.
En este tipo de rentas, la mayor inversión de tiempo y esfuerzo personal la hacemos al inicio: para configurarla, analizarla y decidir qué adquirir y su formato de explotación posterior. Una vez hecho esto, las ganancias comienzan a generarse de forma casi autónoma.
Las rentas pasivas surgen como resultado de inversiones que periódicamente – y sin esfuerzo adicional- nos generan ganancias de forma regular.
Ejemplos de Rentas Pasivas
Algunos ejemplos de este tipo de rentas son los siguientes:
- Alquiler de bienes inmuebles: viviendas, cocheras, locales, oficinas, otros (en forma directa, mendiante inmobiliaria o plataformas como Airbnb) Esta info te puede interesar Bricksave: Invertir en propiedades del Exterior.
- Subarrendar un espacio de tu oficio (al mejor estilo Cowork, muy vigente actualmente).
- Invertir en puntos de hotel que brindan ganancias por períodos fijados.
- Inversiones con intereses periódicos: bonos, acciones, otros.
- Crear y vender tu curso online: lo produces una única vez y lo vendes ilimitadamente.
- Derechos de autor: escribir un libro, una canción, una música, otro. Incluso puedes invertir comprando los derechos de autor de un tercero. Michael Jackson compró los de los Beatles!
- Patentes: crear algo y patentarlo.
- Publicar videos en Youtube y ganar dinero de la publicidad (tutoriales, ideas, explicaciones sobre cómo hacer distintas cosas, viajes, otros).
- Invertir en un negocio rentable: otros lo trabajan y tú recibes una parte de las ganancias por ser socio.
- Crear y vender cursos o contenido online.
- Monetizar un blog.
- Tercerizar el negocio propio para que otros lo gerencien.
- Convertir tu idea de negocio en una franquicia (Más info en Franquicias: opción de inversión para el 2020 (Parte 1)).
Y así muchas más…
Por supuesto que nada es infalible y todas estas acciones tienen “Lado B” que es que también siempre puede haber pérdidas. Los inmuebles sufren deterioros cuyos gastos hay que pagar, los negocios sufren inconvenientes y las ganancias se convierten en bajas o cancelación de los ingresos. Y así con cada caso.
Pero ya lo sabés…quien no arriesga no gana…Y si quieres ganar…hay que arriesgar (Más info Perfil de Riesgo ¿Cómo saber qué Tipo de Inversor/a soy?)
Renta Pasiva implica Invertir por adelantado
Un punto importante a tener en cuenta es que la renta pasiva implica un gran esfuerzo inicial. Y se los recalco porque en general no se suele hacer hincapié en este punto y muchas veces se tiene la falsa creencia de que la renta pasiva es sinónimo de “plata fácil”.
Muy por el contrario, para construir una renta pasiva que dé frutos hay que poner mucho trabajo y energía en el comienzo. Es decir, cuando estamos sentando las bases de ese negocio que nos dará la renta.
Les doy un ejemplo. Si su idea es desarrollar un curso online del tipo enlatado (lo genero una vez en video o similar y se vende ilimitadamente), para llegar a ello hay atravesar distintas etapas.
Primero, ser un experto en el tema a dictar, lo cual lleva años de formación y experiencia; los paracaidistas no suelen tener éxito en este plano. Segundo, hay que pensar y estructurar el curso de manera dinámica, atractiva e inteligente, ya que la competencia es mucha y hay que destacarse. Tercero, hay que realizar una buena producción y edición del curso para que sea realmente bueno desde lo visual también. Cuarto, se necesita de una buena estrategia de marketing para su difusión y comercialización. Quinto y último, hay que actualizarlo regularmente para que no quede obsoleto y pierda valor.
Creo que no necesito agregar mucho más…renta pasiva suena fácil y de poco esfuerzo, pero realmente ¡es mucho trabajo!
Ventajas de contar con una Renta Pasiva
El vivir sólo de nuestra renta activa tiene una gran riesgo: un día, de repente, esa renta se corta y nos quedamos atónitos, sin dinero (si es que no contamos con Fondo de Emergencia ¿Qué es y para qué sirve un Fondo de Emergencia?, ahorros o inversiones) y nuestro mundo se desequilibra.
A veces nos parece que esto es imposible que suceda pero si lo pensamos en frío vemos que esa posibilidad siempre está latente: un despido (por reducción de personal u otro), el cierre o quiebra de nuestro emprendimiento propio, sufrir una enfermedad que no nos permita trabajar, una pandemia global que produce la caída del mercado y los negocios de todo tipo, entre otros.
Por ello, contar con una renta pasiva es -además de una ventaja financiera- una tranquilidad ante posibles contingencias.
Saliendo de “la Carrera de Ratas”
La idea es siempre lograr la autonomía financiera y las rentas pasivas son una gran forma de acercarnos a ello, porque nos hacen menos dependientes de nuestros salarios.
Es importante ir avanzando en este punto e incrementar nuestras rentas pasivas con el tiempo. En cada caso se irá dando según las posibilidades propias, pero lo fundamental es nunca perderles el foco y, más temprano que tarde, llegarán.
Si logramos tener un buen mix de ingresos pasivos y activos podemos tener muy buenas ganancias. Sólo hay que animarse y lanzarse.
