Como mujer emprendedora he pasado (y paso) por muchos momentos duros. Y aquí les comparto ideas y pensamientos que me han servido para emprender y no morir en el intento.

¿Qué es emprender? 

Emprender no es para nada fácil. No es el sueño de todos, ni aplica para todos los momentos de la vida.

Si vamos a la definición formal y tomamos lo que dice la RAE, emprender es “Acometer y comenzar una obra, un negocio, un empeño, especialmente si encierran dificultad o peligro”.

No sé a ustedes, pero a mí esta explicación me da un poco de miedo…

En mis propias palabras y experiencia (y creo que en la de muchos emprendedores más también), EMPRENDER es animarte a llevar a cabo tu propósito.

Este puede ser un negocio, una profesión, una veta artística u otro.

Emprender es animarte a hacerlo de forma independiente, tratando de generar ingresos suficientes para vivir de ello, tener autonomía, tomar decisiones y buscar el propio progreso.

¿Emprender es para todos?

Frente al emprendimiento propio tenemos dos escenarios posibles: ser exitosos o que no nos vaya como esperamos.

Y la verdad que creo que no, que emprender no es para todo el mundo.

Hay muchos que prefieren otra forma de vida y, además, emprender no es para todas las etapas de la vida.

Yo fui muy feliz trabajando en relación de dependencia. Y ahora soy muy feliz emprendiendo.

No hay ciertos y errados, tenemos que seguir lo que tenemos ganas de hacer en cada etapa de la vida, y eso está bien.

La insoportable levedad de emprender

Emprender es espectacular, te llena de adrenalina. Pero a veces sí que cansa y hasta duele. 

Duelen el cansancio, las noches y días eternos de trabajo sin parar, sin feriados ni fines de semana (y muchas veces sin vacaciones para desconectar). Las respuestas negativas ante nuestras ofertas y tantas otras cosas más…

“La emprendedora nunca puede saber qué debe querer, porque vive sólo una vida y no tiene modo de compararla con sus vidas precedentes ni de enmendarla en sus vidas posteriores. ⁣No existe posibilidad alguna de comprobar cuál de las decisiones es la mejor, porque no existe comparación alguna. La emprendedora lo vive todo a la primera y sin preparación. Como si un actor representase su obra sin ningún tipo de ensayo⁣”.

Frase adaptada de Milán Kundera

Para mí este pensamiento resume mucho: al emprender casi no existe margen de error. Porque nos jugamos el todo por el todo, porque quizás pusimos la totalidad de nuestros ahorros y no nos queda más de dónde conseguir dinero, porque conseguimos un préstamo y si no hay ganancias se pone difícil devolverlo.

Te invito a ver esta Guía Práctica para manejar las Finanzas siendo emprendedor/a

De todos modos, la contracara feliz y verdadera de todo esto es que estoy convencida de que cuando hacemos algo con pasión, empeño y convicción el premio a la larga llega, siempre llega.

Eso sí, para ser emprendedor hay que dejar de ser ansioso. Aprender a vivir con la incertidumbre y disfrutar de cada paso, porque el éxito puede estar a la vuelta de la esquina.

Cuando empecé con Luliinvierte, mi única certeza eran mis ganas de querer hacerlo, de ayudar a otros con mis conocimientos sobre finanzas personales y dar mi aporte. 

Por supuesto consciente del privilegio de poder hacerlo sin dejar mi otro trabajo, de tener tiempo para dedicarle a la cuenta, de tener la chance de capacitarme y, por supuesto, de tener las herramientas.

En menos de un año la cuenta tuvo mucha repercusión y hoy es un gran emprendimiento que disfruto y me desafía día a día.

Si estás convencido/a, emprender es el camino

Lo último que quiero decirte es lo siguiente: si estás seguro/a de tu propósito, de que quieres ser emprendedor y llevarlo a cabo. ¡Que nada te detenga!

Si es lo que quieres, te ayudo a lograrlo. Haz los números, arma tu plan de negocio y ¡a por ello!

Te enseño cómo empezar a exportar servicios profesionales al mundo.