Ampliando este posteo de @Luli.invierte
Los gastos variables… esa lista interminable de ítems en los que se nos va el dinero mes a mes.
¿Recuerdas que hace poco te expliqué qué son los costos fijos? Bueno, ahora vengo a hablarte de los costos variables, su definición y de lo que puedes hacer para tenerlos bajo control.
¿Qué son los gastos variables?
Los gastos variables son la cara opuesta de los gastos fijos. Recordemos…
Los costos fijos son aquellos que se mantienen en el tiempo y se repiten de forma periódica.
Los gastos variables, por su parte, se caracterizan por ser más bien dinámicos. Esto quiere decir que no son iguales todos los meses, de hecho, muchas veces no se repiten de forma periódica mes a mes, y podemos “cancelar” o “disminuir” relativamente fácil y rápidamente.
Esta característica de los costos variables los convierte en un verdadero peligro para nuestras finanzas personales. Porque es más difícil ejercer un control sobre estos, debido a que no siempre podemos anticiparlos.
De hecho, algunos de estos costos están escondidos, los suelo llamar gastos hormigas, pequeños desembolsos de dinero que no nos damos cuenta que hacemos.
Pero es por esta clase de gastos, muchas veces, que llegamos a fin de mes preguntándonos ¿a dónde se fue el dinero?
Ejemplos de Gastos Variables
Entre los gastos variables puedes encontrar:
- Comida.
- Transporte.
- Servicios.
- Salidas.
- Vestimenta.
- Cuidado personal y belleza.
- Educación.
- Comunicaciones.
- Viajes.
Y un gran etcétera. Porque si hay algo que caracteriza a los gastos variables es su diversidad. Si mañana se nos rompe el coche, por ejemplo, tendremos que gastar dinero para arreglarlo y ese gasto entra dentro de la categoría variable.
Ahora que ya los identificamos llegó el momento de organizarlos.
¿Cómo organizar los gastos variables para poder controlarlos?
Divide y vencerás (o también divide y reinarás) es una vieja frase que se usa mucho en el mundo de la política. Sin embargo, me atrevo a aplicarla en el ámbito de las finanzas personales también. Tenemos que ser capaces de organizar nuestros gastos y para ello dividirlos puede ser una buena idea.
En el caso de los costos variables, propongo separarlos en dos categorías: necesarios y superfluos.
Gastos Variables Necesarios
Dentro de los gastos variables necesarios pueden figurar los servicios. Estas son todas aquellas prestaciones que pagamos mes a mes (no siempre el mismo monto). De alguna manera, son también, gastos que no podemos eliminar: gimnasio, internet, celular, etc.
La comida es otro de los costos variables necesarios, al igual que el transporte, ya sea que utilices transporte público o vehículo propio.
Gastos Variables Superfluos
¿Por qué gastamos dinero? Responder esta pregunta podría llevarnos mucho tiempo. En líneas generales, nuestros gastos se relacionan a nuestras necesidades. El dinero lo usamos para cubrirlas.
Sin embargo, a veces, también ocurre que el dinero se nos va en cosas de las que podríamos prescindir. Dentro de esta categoría están los gastos superfluos.
Ojo, porque aquí entran también gastos que nos producen felicidad ¿por qué dejar de tenerlos si mejoran, en algún punto, nuestra calidad de vida?
Teniendo en cuenta eso, entre los gastos superfluos, también podemos hacer una división. Por un lado, los gastos que nos dan felicidad, placer, etc. Y por el otro, los famosos gastos hormiga.
Gastos que nos dan felicidad
Claramente, este punto depende de cada persona, lo que a mí me da felicidad no es lo mismo que te da felicidad a ti. Por eso, en este listado tendrás que pensar bien qué clase de gastos realizas que, si bien son prescindibles, te hacen feliz y a veces en órdenes de magnitud lo que cuestan.
Por ejemplo, si un café barista todas las mañanas mejora tu dia muchisimo, no dejes de hacer este gasto, o a lo sumo controlalo de cerca.
Asimismo, si mejoran tu calidad, merecen un lugar dentro de tu presupuesto, para poder mantenerlos siempre que sea posible.
Gastos hormiga
Llegamos, finalmente, a los gastos que pueden suponer un verdadero problema si no les damos atención. Son los gastos menos visibles y por eso, muchas veces, los más traicioneros.
Los gastos hormiga pueden parecer imperceptibles, pero sin darnos cuenta, pueden también representar un porcentaje importante dentro de nuestro presupuesto mensual.
Y aquí te voy a dar algunos ejemplos para que veas con mayor claridad qué clase de gastos escondidos puedes tener:
- Las compras compulsivas.
- Las compras desorganizadas.
- Las suscripciones que no usamos.
- Los cigarrillos.
- Las comidas fuera de casa (no deseadas o imprevistas).
- Los snacks.
La lista podría seguir, interminablemente…
Lo importante sobre estos gastos variables es identificarlos primero. Ya que si no sabes en qué gastas, difícilmente podrás saber dónde hacer ajustes.
Sugiero armar una planilla Excel (ya saben que soy fan) y allí volcar estos gastos de forma organizada, como vimos recién. Optar por dividirlos en necesarios y superfluos y luego sub-categorizarlos.
Una vez que tienes en claro cuáles son, puedes decidir cuáles suprimir, cuáles ajustar y cuáles mantener.
¿Cuál será tu brújula en todo esto? El objetivo que te hayas marcado, saber por qué quieres ahorrar y qué harás con el dinero es la clave.
Así, te resultará más fácil cortar de raíz esos gastos escondidos que atentan contra tu salud financiera y que te alejan de tus verdaderos intereses.