A nivel mundial el mercado de las finanzas está de acuerdo en que toda inversión se sustenta en tres pilares básicos que forman el Triángulo de la Inversión: Riesgo, Liquidez y Rendimiento.

Si vamos a realizar una inversión, este debe ser nuestro punto de partida y análisis.

Revisemos cada uno de ellos y cómo debemos combinarlos para alcanzar inversiones exitosas y rentables.

¿Qué es el triángulo de la inversión?

El triángulo de la inversión es un concepto económico básico que consiste en analizar las inversiones desde tres ángulos: el riesgo, la liquidez y el rendimiento.

Este tiene por finalidad acotar el riesgo y minimizar las pérdidas. Por ende, maximizar ganancias y en las mejores condiciones: menor tiempo y mayor liquidez posibles.

Definición de Riesgo

El riesgo financiero es mayor cuando tenemos más posibilidades de tener pérdidas con el capital invertido, pero también mayores ganancias (y viceversa, menos riesgo = menos pérdidas = menores ganancias).

De ahí que las inversiones con alto riesgo suelen ser tan tentadoras.

Cada instrumento financiero tiene un riesgo asociado que debemos contemplar (plazo fijo, fondo común de inversión, bonos, acciones, inmuebles, etc).

Para conocer tu perfil de riesgo te invito a leer mi artículo Perfil de Riesgo ¿Cómo saber qué Tipo de Inversor/a soy? 

Definición de Liquidez

Llamamos liquidez al tiempo que demora una inversión en transformase en dinero líquido. Entonces, cuanto más tarda menos líquida es.  Y cuanto menos tarda, más líquida es.

En general se busca que las inversiones sean los más liquidas posibles para poder salirnos de ellas lo antes que podamos si es que los resultados no van bien (o que por alguna razón necesitemos contar con el dinero a la brevedad).

Definición de Rendimiento 

El rendimiento son las ganancias que esperamos obtener de la inversión realizada.

Por supuesto que todos queremos maximizar resultados, pero ello es el resultado de un análisis y trabajo financiero y no solo de una expresión de deseo.

¿Por dónde empiezo? 

Muchos de los errores que cometemos cuando empezamos a invertir es porque tenemos el foco puesto en el lugar equivocado.

¿Cuál es este lugar equivocado puntualmente? Los beneficios esperados.

Sí, así como lo leen. La realidad es que los beneficios tienen que ser la consecuencia de inversiones bien hechas y analizadas.

Entonces, si queremos realizar buenas inversiones, tenemos que mover el foco hacia el triángulo de la inversión.

Aquí el resultado es sólo uno de los pilares y para que sea elegido debe estar alineado y bien articulado con sus otros dos aliados fundamentales: el riesgo y la liquidez.

En el mundo de las inversiones, estos tres pilares son como amigos inseparables. Se necesitan mutuamente para lograr el éxito financiero.

Existen en el mercado infinidad de opciones de inversión entre las cuales podemos elegir, no todas son buenas para todos sino que existe una más adecuada para cada uno y sus necesidades. Es ahí donde este triángulo nos es de gran ayuda.

Ejemplos aplicados del Triángulo de la Inversión

Ejemplo 1: Vacaciones

Queremos hacer un viaje que hace tiempo anhelamos y somos inversores con un perfil conservador.

Nuestro objetivo es viajar dentro de 6 meses.

Entonces, tenemos que buscar opciones de inversión que coincidan con esas necesidades: mediano plazo, bajo riesgo y un rendimiento no tan alto. 

Ejemplo 2: Jubilación

Tenemos como meta constituir una buena jubilación para nuestro futuro.

Pongamos un horizonte temporal estimado de 30 años. Somos inversores con un perfil de riesgo agresivo.

En consecuencia, nuestra inversión se caracteriza por ser: de largo plazo, alto riesgo y alto rendimiento

Consideraciones finales

Es importante tener en cuenta que lo más probable es que ninguna inversión nos satisfaga un 100% en los 3 puntos.

Por ello, lo que debemos buscar es cuál de las opciones disponibles reúne las características totales que más nos hacen sentido y así definir nuestra elección.

Si somos inversores conservadores probablemente nos inclinemos por opciones que otorguen mayor seguridad, si somos intermedios buscaremos equilibrar los tres aspectos  y si somos arriesgados valoraremos más la rentabilidad que la seguridad.

¿Ya encontraste cuál es tu triángulo de inversión?